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Azpirotz-Lezaeta

Azpirotz-Lezaeta

“Azpirotz, elurra denean haizea hotz”

En el camino de Lekunberri a Betelu tenemos el puerto de Azpiroz. El concejo de 63 habitantes está compuesto por dos pueblos (INE, 2019).

Cuando comenzamos a bajar el puerto, en la curva conocida como Azpirozko karakola, se encuentra el pueblo de Azpiroz, a 510 metros de altitud. Observamos como sus casas se reparten por una pendiente, bajo la iglesia de San Esteban, que está situada en lo alto y desde la que podemos disfrutar de vistas panorámicas. La parroquia es del siglo XIII, de estilo protogótico. Continuamos por el camino del monte Gorriti, que cruza la parte alta del pueblo. Desde allí tenemos una hermosa perspectiva del pueblo y de las Malloas de Aralar. En el centro de Azpiroz hay un frontón abierto.

Si optamos por descender el puerto de Azpiroz, a la derecha de la carretera y a orillas del río Araxes, se encuentra Lezaeta. Este pequeño y encantador pueblo, de apenas ocho casas y 15 habitantes, se encuentra a 310 metros del nivel del mar. Todo ello hace de Lezaeta el pueblo más pequeño del valle.

A su entrada, a la izquierda, se puede ver un lavadero muy bien conservado y, en lo alto, una pequeña iglesia. A pesar de que el pueblo se estaba despoblando, en los últimos años ha ido cobrando una nueva vida con la llegada de algunas familias con niños y niñas. Además, se ha puesto en marcha una panadería dedicada a la producción de pan ecológico.

En cuanto a su historia, parece que hubo un tiempo en el que fue un lugar de brujería, ya que, según un antiguo documento, en 1610, 32 vecinos y vecinas fueron llamadas a declarar a Logroño. Quince confirmaron que en Lezaeta había tenido lugar un akelarre.

Cabe destacar también, como recoge el Diccionario Geográfico del río Araxes (Pascual Madoz, 1845-1850), la existencia de varios inventos hidráulicos a lo largo del recorrido del Azpirotz, que fueron construidos para aprovechar la fuerza de sus aguas: presas, anteparas o depósitos de agua, siete molinos de harina, una fundición, un conducto de cobre, varias bodegas y un balneario. Era una época en la que se aprovechaba la energía del río, construyendo muros, canales y presas para encauzar la fuerza del agua de la mejor manera posible.

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